El proceso de Cementación, Temple y Revenido es un tratamiento termoquímico que consiste en endurecer la superficie del acero mediante el aporte de carbono y difusión del mismo, mejorando su resistencia al desgaste mientras que se mantiene la tenacidad del núcleo.
Los aceros destinados a la cementación tienen un contenido de carbono generalmente inferior a 0,25 % y mediante la cementación se consigue una capa superficial con 0,70 a 1,00 % de carbono.
Este tratamiento consta de dos fases fundamentales: la carburación de la superficie y el temple posterior, seguido de un revenido para distensionar las piezas templadas.
La duración de el calentamiento está relacionada con varios parámetros, de los cuales el más importante es la profundidad de capa carburada que se desea.