El proceso de Nitruración iónica es un tratamiento termoquímico que consiste en endurecer la superficie del acero mediante el aporte de nitrógeno y difusión del mismo, mejorando su resistencia al desgaste y a la fatiga manteniendo la tenacidad del núcleo. Se trata de un proceso que se realiza a una temperatura relativamente baja y que no tiene enfriamientos bruscos, por lo que esta especialmente indicadas para piezas acabadas o semiacabadas.
El proceso consiste en hacer pasar una corriente eléctrica por la pieza, que favorece la ionización del gas circundante, nitrógeno, que se ve atraído a las paredes de las piezas combinándose y generando un nitruro de hierro de gran dureza, así como una zona de difusión entre la superficie y el núcleo de la pieza. Esta especialmente ligada a materiales que en condiciones normales no admiten la nitruración gaseosa.